En un gesto de reconocimiento a su estrella, Ducati ha revelado una motocicleta verdaderamente singular, diseñada a medida para el campeón Francesco 'Pecco' Bagnaia. Este regalo especial es una edición exclusiva de la Desmo450 MX, adaptada para la modalidad de flat track, lo que subraya la conexión profunda entre el fabricante italiano y su exitoso piloto.
La presentación de esta máquina no es solo un obsequio; representa una herramienta estratégica para el perfeccionamiento de Bagnaia. Al integrar esta moto en su régimen de entrenamiento en el renombrado MotoRanch VR46, Ducati busca proporcionarle una ventaja adicional en su preparación física y técnica, con la esperanza de que el desarrollo en flat track se traduzca en un rendimiento aún más dominante en las pistas de MotoGP.
Ducati ha develado una motocicleta sin parangón, una Desmo450 MX modificada específicamente para flat track, marcando un hito en las creaciones de la firma boloñesa. Esta máquina, que destaca por su configuración única de suspensión y un conjunto de ruedas personalizadas, ha sido concebida como un obsequio honorífico para Pecco Bagnaia, el piloto más condecorado en la historia de la marca en el campeonato de MotoGP, con dos títulos mundiales.
El fabricante italiano ha puesto de manifiesto su ingenio y dedicación al construir esta pieza de ingeniería. La motocicleta, que inició su producción hace apenas un mes en su configuración original de motocross, ha sido transformada con elementos que la hacen ideal para la disciplina de flat track. Este singular modelo es un testimonio del compromiso de Ducati con sus atletas de élite, proporcionándoles herramientas de vanguardia que no solo celebran sus logros, sino que también impulsan su desarrollo continuo en el deporte motor, reafirmando la estrecha relación entre la marca y sus figuras más destacadas.
La incorporación de esta motocicleta única en el programa de entrenamiento de Bagnaia es estratégica, con el objetivo de optimizar su preparación para las exigencias de MotoGP. Al utilizar esta máquina personalizada en el célebre MotoRanch VR46, donde se dan cita los talentos más prometedores del motociclismo, Bagnaia podrá refinar sus habilidades de control y adaptabilidad en superficies de baja adherencia, cruciales para el pilotaje de élite.
El propio campeón ha tenido la oportunidad de probar su nueva montura en el circuito de Tavullia, y las primeras impresiones, capturadas en material audiovisual divulgado por Ducati Corse, sugieren un entusiasmo palpable. Esta experiencia práctica con la Desmo450 MX 'flat track' se vislumbra como un catalizador para que Bagnaia recupere la sintonía perfecta con su Desmosedici GP. La fluidez y precisión requeridas en flat track se traducen directamente en un mejor manejo de la motocicleta de carreras, lo que podría significar un incremento en su confianza y rendimiento en los Grandes Premios, acercándolo aún más a la cima del motociclismo mundial.
En un evento teñido de pesar, el Campeonato Europeo de Stock en Magny Cours fue testigo de una emotiva y accidentada contienda. La jornada, marcada por la tragedia reciente, concluyó con la primera victoria de Pier Francesco Venturini, un triunfo que, aunque significativo para su carrera, estuvo envuelto en la singularidad de una competición acortada y puntos divididos. Los desafíos del circuito mojado y los múltiples incidentes añadieron una capa de imprevisibilidad a una carrera ya de por sí cargada de emotividad, resultando en un desenlace que mantiene viva la memoria del líder póstumo de la categoría.
El pasado 7 de julio de 2025, el trazado de Magny Cours fue el escenario de una carrera inusual en el Campeonato Europeo de Stock. Tras el lamentable fallecimiento de Borja Gómez, el ambiente en el paddock era de profunda consternación. A pesar de las circunstancias, la competición se llevó a cabo, aunque con notables ausencias y un espíritu sombrío entre los participantes.
La sesión de clasificación vio a Iker García asegurar la pole position, superando a Tibor Varga y Blai Trias. La segunda línea de parrilla fue ocupada por Filippo Fuligni, Pier Francesco Venturini y Rubén Romero.
La carrera principal, originalmente programada a nueve vueltas, se desarrolló bajo condiciones de pista húmeda. Blai Trias tomó la delantera al inicio, seguido de cerca por Pier Francesco Venturini. Filippo Fuligni ascendió rápidamente a la tercera posición, superando a Iker García y Tibor Varga. Poco después, Amanuel Brinton logró colocarse en la segunda posición. Sin embargo, la acción se vio interrumpida prematuramente por una bandera roja, provocada por una caída de David Jiménez y la presencia de aceite en la pista.
Tras la reanudación, Iker García se puso en cabeza, con Venturini, Varga, Fuligni y Trias en su estela. Fran Ruiz, que venía remontando con gran velocidad, sufrió una caída, añadiendo más dramatismo a la ya caótica carrera. Filippo Fuligni continuó su ascenso, logrando superar a García y tomar el liderato. Varga, por su parte, rebasó a Venturini para situarse detrás de Fuligni. Sin embargo, la suerte volvió a cambiar cuando Varga recuperó el liderato debido a una caída de Filippo Fuligni, lo que resultó en una segunda bandera roja, a falta de cinco vueltas para el final.
Ante la imposibilidad de continuar, la dirección de carrera decidió dar por finalizada la prueba. Los resultados se declararon basándose en la última vuelta completa, y se otorgó la mitad de los puntos. Así, el italiano Pier Francesco Venturini fue proclamado ganador, marcando su primera victoria en la categoría. Le acompañaron en el podio el húngaro Tibor Varga en segundo lugar y el español Iker García en la tercera posición. Completaron los diez primeros: Adrián Rodríguez, Blai Trias, Amanuel Brinton, Rubén Romero, Jacopo Cretaro, Gonçalo Capote y Archie McDonald.
A pesar de todo lo acontecido, Borja Gómez, en un triste pero conmovedor giro de los acontecimientos, mantuvo su liderazgo en la clasificación general, con un punto de ventaja sobre Iker García y once sobre Archie McDonald, un testamento a su formidable desempeño previo.
Este Gran Premio de Magny Cours ha sido un recordatorio palpable de la fragilidad y la pasión que caracterizan al motociclismo. La victoria de Venturini, lograda en un día tan atípico y con la sombra de la tragedia, nos obliga a reflexionar sobre el espíritu indomable de los competidores y la complejidad emocional de un deporte que demanda tanto sacrificio. Como espectadores, presenciamos no solo una carrera, sino un homenaje silencioso y una muestra de resiliencia humana frente a la adversidad. La persistencia de Borja Gómez como líder de la tabla, incluso en su ausencia, añade una capa de significado que trasciende los números y las posiciones, invitándonos a valorar cada momento y cada logro en la pista.
La comunidad del motociclismo lamenta profundamente la prematura desaparición de Borja Gómez, un talentoso piloto murciano, en un suceso que ha generado un sentimiento generalizado de que su partida pudo haberse prevenido. Más allá de las desafortunadas coincidencias inherentes a este deporte, la carencia de medidas de seguridad adecuadas en el circuito de Magny-Cours parece haber desempeñado un papel determinante en el trágico desenlace. Los reportes de los presentes en la pista durante el incidente, donde el JuniorGP hacía su debut, resaltan dos fallos críticos: la ausencia de señalización con banderas tras su caída y una respuesta de auxilio alarmantemente tardía. Esta negligencia ha exacerbado la consternación y la indignación, cuestionando la decisión de proseguir con las carreras en tales circunstancias.
La injusticia se agrava al considerar el prometedor futuro que se le truncó a Gómez, cuya carrera, si bien corta, estaba plagada de éxitos y un potencial inmenso. A pesar de haber superado numerosos obstáculos y haber demostrado una capacidad excepcional para adaptarse y dominar distintas categorías y cilindradas, como su victoria en el ESBK Superbike de Motorland días antes de su deceso, se vio repetidamente afectado por decisiones externas y lesiones que lo apartaron de oportunidades merecidas. Desde su impresionante subcampeonato en el Campeonato de España de Superbike a los 17 años hasta su inesperado cese en el Mundial de Moto2, la carrera de Borja estuvo marcada por una serie de reveses que, sin embargo, nunca mermaron su determinación ni su velocidad. Su resiliencia lo llevó a retomar su camino, liderando dos campeonatos simultáneamente, demostrando su calidad indiscutible y su incansable búsqueda de la victoria y los títulos que, finalmente, le fueron negados por la fatalidad.
En este momento de duelo, la frustración y la impotencia por los triunfos no materializados de Borja Gómez palidecen ante la magnitud de la tragedia. Sus éxitos y su incansable espíritu permanecerán como un testimonio de su valía. Sin embargo, la angustia principal reside en la certeza de que, de haberse implementado los protocolos de seguridad exigibles en un trazado como Magny-Cours y en un evento de la envergadura del JuniorGP, Borja aún estaría entre nosotros. Este lamentable suceso subraya la imperativa necesidad de una revisión exhaustiva de las normativas de seguridad en el motociclismo, con la esperanza de que de esta pérdida irreparable surja un compromiso renovado para proteger la vida de los atletas. Su memoria exige que se aprenda de este trágico evento, garantizando que nunca más se repita una fatalidad que pudo ser evitada, y que su legado inspire un deporte más seguro y justo para todos sus competidores.